Ja en una ocasió vaig sentir a Quim Monzó proposar que els llibres hauríen d'estar prohibits. La proposta la torne a llegir ara en una entrevista a Philip Pullman, l'autor de la novel.la Luces del Norte adaptada al cine amb el títol La brújula dorada. Quan l'entrevistador li pregunta sobre la seua etapa a l'escola diu:
"La forma de enxeñar, al menos en el Reino Unido, no es buena. Tenenos un sistema educativo que no deja tiempo para gozar de la lectura. No hay tiempo para la creatividad. Los alumnos leen siempre con un objetivo concreto. Por ejemplo, tienen que leer un capítulo para luego hacer un comentario de texto...
"Ya, -afegix el periodista- pero a los niños hay que obligarles a leer...porque si no se pasan todo el día jugando a la Play Station , a lo que respon l'escriptor "Bueno para evitar eso están los padres ¿no? Los niños sólo son receptivos si, de verdad, quieren leer. Nunca hay que obligar a nadie a leer. Lo que hay que hacer es estimular a que lo hagan. Los padres debería, por ejemplo, leer a sus hijos el primer capítulo de una novela y dejarles con la intriga. Los chavales reclamarán que se lo lean entero...
La pregunta sería: quin llibre prohibir? Vargas Llosa era partidari de desterrar els clàssics de l'ensenyament secundari. Potser llegir els autors clàssics siga com veure les películes de Charlot. Com llisc en el mateix Dominical de hui de El periódico
"Charlot no es el niño que fuimos, sino el hombre que seremos. Pero eso, al principo no lo sabemos. Comenzar en serio, a palo seco, con charlot es un error. En serio no se puede comenzar ni con Charlot ni con don Quijote. A don Quijote quizá no se llega nunca, porque pocos superan el primer capítulo. A Charlot, gracias a la televisión, se llega a su debido tiempo. Y cuando se llega ya nunca lo olvidas".
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