Hace un año que moría el Nobel alemán, una
fecha que coincide con varios homenajes y la publicación de su libro
póstumo
Hace un año que moría el Nobel alemán Günter Grass, una fecha que coincide con varios homenajes y la publicación de su libro póstumo, «De la finitud»
(Alfaguara), escrito en sus últimos años de vida a modo de diario, con
ensayos, poesías y sus dibujos, y donde se enfrenta a la vejez y a la
muerte con ironía.
Traducido por el académico Miguel Sáenz,
«De la finitud» es la despedida, con ruido y sin reservas, del escritor
alemán; un último grito sincero contra la hipocresía del mundo, los
políticos o la falsedad y una reflexión sobre la decrepitud y la muerte,
escrito con ese humor ácido y negro que caracteriza al autor de «El tambor de hojalata». [Empieza a leer «De la finitud», el libro póstumo de Günter Grass] Günter Grass
dedicó los últimos años de su vida a escribir y a otra de sus primeras
pasiones, dibujar. Tuvo una sólida formación como escultor y dibujante;
por eso su último libro está cuajado de sus dibujos a lápiz, con la
reproducción de plumas, hojas, raíces, tubérculos, pájaros o caracolas.
Imágenes de la naturaleza y de su pipa o manos y que incluye un
autorretrato. Uno de los dibujos, del propio Günter Grass, que ilustran el libro- EFE«Adiós a la carne», «Cuando perdí el olfato y el gusto», «Miedo de la pérdida»,«El final» o «Mama», éste dedicado a Ángela Merkel,
son algunos de los títulos de los poemas y textos del libro donde
también recuerda a amigos y que abre con una seca y tajante proclama:
«Ser proscrito».
En este texto, el autor de «Pelando la cebolla» habla de la decadencia
y dice: «Cuando el corazón, los pulmones y los riñones obligaron una y
otra vez al fumador de pipa ir al taller de reparaciones, dónde él, como
lamentablemente Yo, con un goteo puesto, tenía que tragar un montoncito
creciente de pastillas de, colores, oblongas y redondas, susurraban las
leyendas de sus efectos secundarios...». La fitrma de Günter Grass- ABCUna
mirada sobre sí mismo y sobre el mundo actual, tiznada con algo de
melancolía y nostalgia pero nunca sentimental, que va de la euforia, a
la toma de conciencia clara de la finitud del tiempo:
«Saltar de la cama y con lápiz afilado aclarar la nada oscilante; esa es
la ventaja de la vejez, dormir es un derroche de tiempo», escribe en un
poema titulado «Tras un tormento infinito». Gunter Grass
analiza situaciones actuales y clama contra la injusticia y dedica, por
ejemplo, uno de sus poemas a la «Xenofobia»: «Cuando millones de
expulsados /con escaso equipaje/y pesados recuerdos /tuvieron que
alojarse a la fuerza /en el resto de la patria...». Uno de los dibujos, del propio Günter Grass, que ilustran el libro- EFEEl libro póstumo de Günter Grass,
concebido por el autor como su despedida y cargado de otoños y hojas de
calendario caídas, se publicó hace unos meses en Alemania con enorme
éxito de lectores y crítica. Incluso fue calificado por algunos como «el
mejor libro de Grass en años» o como «Una despedida llena de humor. El
libro como obra de arte».
Todo un tributo al escritor alemán que se completará con el homenaje que recibirá en el Goethe-Institut de Madrid
el 18 de abril. En este acto, donde también se presentará «De la
finitud», estará presente el traductor de la obra, Miguel Sáenz, en un
programa que concluirá con la lectura de fragmentos de volumen por parte
del actor y académico José Luis Gómez.
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