Las madres fueron, son y serán siempre, el mejor regalo que la vida te puede ofrecer.
Son unas criaturas con poderes extraordinarios, son madres para cuidarnos,
padres para protegernos y amigas para divertirnos.
Debemos cuidarlas con respeto y amor, puesto que llegará el día, en que el señor las llame a su lado y entonces no valdrá la pena llorar, será
mejor sonreir, mirar al cielo y recordar lo maravilloso que fue conocer a un ser tan espléndido como lo es una MADRE.
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