dilluns, 15 de febrer del 2016

FRAGMENTO DEL DISCURSO DE CÉSAR MALLORQUÍ, PREMIO CERVANTES CHICO 2015



...Algunos de los mejores momentos de mi vida los he pasado leyendo; sobre todo cuando era niño o adolescente. Por aquel lejano entonces, aprendí lo que es el sentido del humor gracias a Guillermo Brown, el catastrófico e imaginativo niño que creó la escritora inglesa Richmal Crompton. Viajé a las estrellas de la mano de Isaac Asimov, y estuve en Marte junto a Ray Bradbury. Recorrí 20.000 leguas bajo el mar y me adentré en el interior de la Tierra guiado por Julio Verne. Visité un mundo perdido lleno de dinosaurios acompañado por Arthur Conan Doyle. Y ese mismo escritor me permitió seguir en sus aventuras a un genial detective llamado Sherlock Holmes.
Busqué un tesoro pirata en La Hispaniola, el barco de Robert Louis Stevenson. Viajé en el tiempo para contemplar los episodios más emocionantes de nuestra historia junto a Benito Pérez Galdós. Fui un justiciero enmascarado en la California del siglo XIX gracias a José Mallorquí; que, por cierto, era mi padre. Pesqué un enorme pez espada en la barca de Ernest Hemingway. Viví en la selva en compañía de Edgar Rice Burroughs y Rudyard Kipling. Luché contra un gigante de un solo ojo ayudado por un ciego llamado Homero.
Aunque no se trate exactamente de literatura, sino de esa mezcla de dibujo y texto que llamamos comic, recorrí el mundo, y la Luna, corriendo aventuras junto a un reportero llamado Tintín y su amigo el capitán Haddock. Surqué los siete mares con un marino de nombre Corto Maltés. Volé en un avión de caza imaginario junto a un perro llamado Snoopy. Me senté en la mesa redonda del rey Arturo, al lado del Príncipe Valiente y de su padre, Hal Foster...
He visitado todos los continentes de la Tierra, y todos los planetas del Sistema Solar, y estrellas más allá de nuestro Sol con planetas alucinantes. Y también he caminado por universos que sólo existen en el mundo de los sueños. He sido cientos de personas distintas, he vivido maravillosas historias de amor y amistad, y también de odio y venganza. He corrido miles de aventuras asombrosas. Y todo gracias a la literatura. Por eso decía antes que leer me ha hecho más feliz.
(…)
Por eso, y ahora me dirijo a los más jóvenes de esta sala, os recomiendo que le deis una oportunidad a la literatura, que adquiráis el hábito de leer. Porque si lo hacéis, seréis más cultos, mejoraréis la ortografía, ampliaréis el vocabulario, pensaréis mejor, aumentaréis la velocidad lectora, conoceréis nuevas ideas, estimularéis la mente y potenciaréis la imaginación. Pero sobre todo, por encima de cualquier otra consideración, seréis más felices.