dilluns, 9 de juny del 2014

La fría lluvia de Montmartre

La lluvia caía tan intensamente sobre París que las empinadas calles de Montmartre se habían convertido en caudalosos riachuelos que transportaban la mugre de los bohemios a la gente de la alta sociedad ,hasta las ratas se habían escondido de tal aguacero ,aunque las prostitutas se mantenían firmes en aquella calle ,bajo el fuerte temporal y el afilado frío que les traspasaba las pequeñas telas que utilizaban como vestido. No todas podían permitirse resguardarse de aquella tormenta , pues entraban en conflicto por los territorios y eso era lo último que querían ,más peleas en plena calle. Zazie , no podía gozar de cobijo , ya que invadía el dominio de una de sus “compañeras”, así que tenía que conformarse en aguantar bajo la lluvia , la cual estaba empezando a convertirse en dagas que se incrustaban en su pálida piel. Todas en aquel barrio tenían un seudónimo , ya que querían preservar algo tan íntimo como era su nombre .La pálida piel de Zazie daba nombre a su seudónimo Coco , como el color de dicho fruto o bien por la delicadeza de sus movimientos , como los de la joven modista que había saltado a la fama , Coco Chanel.

Coco , estaba a la espera de algún cliente que pudiera cubrir el alquiler de una insignificante buhardilla que compartía con Juliette , una joven camarera que trabajaba en un típico bistró parisino , donde servían los mejores cafés de la capital. En este humilde recinto , llegaba gente de diferente talante , desde la más sofisticada señorita hasta el más soez de los seres.

Juliette y Zazie , no se veían apenas , pues mientras una era criatura noctámbula , la otra lo era diurna. Juliette veía abrirse el barrio bohemio de Montmartre con los primeros rayos de sol ; se dirigía hacia su lugar de trabajo con una vieja bicicleta de segunda mano que adquirió en los puestos de antiguallas ;vestía un coqueto delantal y su mejor sonrisa , y se disponía a servir a la camarilla de clientes habituales que gozaban de ese ambiente alternativo y desenfadado que caracterizaba este lugar .

Montmartre , se distinguía por ser el corazón artístico de París , sin este , París no sería el mismo , al igual que un pintor sin su pincel o como un escritor sin su pluma . Juliette disfrutaba de este barrio , donde era habitual encontrar al joven violinista que se situaba en la esquina de la place du Tertre ; alegraba los oídos no muy exigentes de los deambulantes de la ciudad , que arrojaban unas cuantas monedas a un elegante sombrero de copa , que él había dispuesto a sus pies . Al lado del joven violinista , se divisaba un hombre de apariencia senil pero de espíritu joven que recitaba con mucho empeño , unos cuantos poemas fruto de sus pasadas experiencias . Esta pintoresca atmósfera distaba mucho del centro de París , donde se encontraban las famosas boutiques llenas de parisinas ansiosas por ir a la moda , barberías colmadas de hombres que querían asear su aspecto y pintores que pintaban una ciudad preciosa como era aquella .

Mientras Juliette exprimía todo esto al máximo , Zazie podía sentir el amargo Montmartre del que ella , ya formaba parte . Las calles se llenaban de borrachos , metidos en este oficio para soportar el frío clima de la ciudad , en todas las esquinas , se encontraban señoritas de compañía , que vendían su cuerpo y en cierto modo su alma , por unas tristes monedas con las que sobrevivían en este desgraciado mundo . Entre ellas , encontramos a Coco , allí , con la mirada perdida otra noche más , esperando a algún varón necesitado de placer carnal y con el bolsillo tan lleno , como para estar dispuesto a pagar por dicho placer .Pero esa noche , los planes de Coco , iban a ser distintos pues un hombre de no muy entrada edad se acercaba hacia ella con un paso ligero , y con una ajada maleta en su mano . Aquel hombre se dispuso a hablar :
-Buenas noches señorita ¿No hace una noche espléndida?
Ella muy extrañada por sus palabras contestó:
-Si a ti te lo parece .
Él algo sobresaltado replicó:
-¿Es que es usted ciega?La noche es perfecta.

-Hace tiempo que dejé de ver este lugar como lugar , quiero decir como espacio en sí , ahora es simplemente una condena para mí , aquí me paso las amargas noches.
-¿Cómo amargas? A mí me parece la más dulce de las noches .

-Mira , no tengo tiempo para tonterías .Si ha venido aquí , entiendo que eres como uno de esos pobres desgraciados , que vienen aquí a por un poco de eso.

-¿Un poco de eso?

-Mi paciencia se ha agotado .Estoy trabajando .Lárgate.
Él muy ofendido dijo :
-Señorita , soy pintor .He venido a este lugar , a pintar sus calles y sus gentes .

-Ah , uno de esos que os hacéis llamar artistas , pero en realidad sois más pobres que las ratas.

-Puede que ande escaso en bienes materiales , pero no en espíritu créeme .¿Y qué hay de ti? ¿Eres una de esas mujeres de compañía?

-Si , ese es mi oficio.

Estuvieron charlando toda la noche , fueron transparentes el uno con el otro a pesar de acabar de conocerse .Pero esa es la magia de París , dónde todas las personas que van sin rumbo , pueden encontrarlo en una milésima de segundo.

Zazie , llegó a casa algo aturdida .¿Es posible que se hubiera enamorado de un pintor? Esto le atormentaba , su oficio no le permitía tal lujo como era el amor. Mientras Zazie intentaba dormir , Juliette , se disponía a seguir con su rutina .Ese día entre todo el alboroto de la cafetería , divisó una pareja de no muy entrada edad . Una mujer con un aire enigmático , miraba indecisa la carta de los postres , mientras con los dedos de sus peculiares manos , se acariciaba las puntas de sus no muy largos cabellos , el hombre que había junto a ella ,sin embargo , tenía un aire más relajado e informal , que se desempañaba bruscamente los cristales de sus elegantes gafas.

-Bueno , después de haber ojeado y reojeado la carta de los postres , ¿Por cual te decantarás?

-Supongo que unas natillas .Soy de talante sofisticado pero de elecciones simples.

-Si , bueno yo pensaba que pedirías algo más exquisito , pero no todos los que chiflan son arrieros .

-Oh Dios , algún día vas a matarme con tanto refrán , vas a parecerte a Sancho Panza .

-Vaya , veo que quieres entrar en campo de tinta y papel .

Esta escena trasladó a Juliette a las tardes hablando de libros y literatura con un escritor del que aún estaba enamorada , recordó las largas conversaciones y profundas preguntas que él le formulaba , pues los escritores son unos curiosos , son mentes inquietas , que no viven la vida real , sino en su mundo paralelo dónde las palabras son sus más fieles amigas.

Cuando Juliette volvió a casa , encontró a un individuo desconocido que le dijo que estaba a la espera de la señorita Zazie .Ella asombrada , pues ningún hombre había intentado acceder al frágil corazón de la muchacha , le hizo saber a Zazie , quien la aguardaba . Zazie se acicaló tanto , que parecía una frágil muñeca de porcelana : Su pelo tan oscuro como la noche , lo llevaba suelto , libre , su tez pálida se veía adornada por dos pinceladas verdosas como ojos , lucía un vestido color turquesa que hacía resaltar su porte y en su mano derecha , llevaba un viejo reloj , pues el tiempo es el bien más valioso se decía a si misma.

Una vez los dos reunidos , esta última afirmación dejó de cobrar sentido , ya que el tiempo se le escapaba de las manos estando junto al pintor . Pasearon por todo París , él agarrándola de la cintura y ella dejándose agarrar , era una escena tan dulce , que parecía que se hubieran escapado de una película francesa de amor. El pintor , la llevó a un diminuto estudio que había alquilado para efectuar sus obras. Allí le propuso la idea de pintarla , ella tras titubear un poco , accedió. Él , la miraba con tal dulzura , que hacía que la pálida piel de Zazie se erizara . Al finalizar el retrato, se lo regaló a Zazie , quería que cada vez que mirará el cuadro , recordará aquella tarde con tanto aprecio , que un escalofrío le recorriese su delgado cuerpo.

-Supongo que te vas.

-Estaría engañando a mi ser si no lo hiciera , ya sabes que no puedo permanecer demasiado tiempo en un lugar , caería en la más terrible de las pesadillas , la rutina.

-¿Qué hay de malo en la rutina? Yo me he enamorado de ti.

-La rutina , mata al artista . ¿Comprendes?Yo también me he enamorado de ti Zazie , pero no puedo detenerme , mi amor por la pintura , es el amor más grande que he sentido nunca .Debo seguir , viajar , pintar , mostrarle al mundo que la pintura es la forma de mostrar una realidad plasmada en una imagen .

-Lo comprendo. Buen viaje Pablo.

Esto , la mató , la dejó rota , sin palabras , con la voz quebrada . Un amargo silencio inundó la calle , ella se encontraba con el cuadro en su mano , al borde del sollozo y con tal mal cuerpo que había decidido escribir sus penas , encontró la vía de escape , las palabras ; a través de éstas , expresaba el dolor y la angustia que ella sentía , comprendió que él no volvería , pero tenía algo mejor , una parte de él , su pintura , colgada en la triste pared de la buhardilla que se caía a pedazos por momentos.

Y así Zazie continuó su vida La vida no se para por nada ni por nadie . . La verdad es que nunca volvió a enamorarse , para ella , no hubo nadie como Pablo . Es curioso cuando Juliette le decía que ésto era París, donde los finales tristes son imposibles , y ella siempre le contestaba que esto era la vida real y que la realidad atrapa a todos . Pero algo de razón tenía Juliette , pues Zazie no tuvo un final triste , más bien fue nostálgico , ella era feliz mirando su retrato y así en cierto modo recordaba a su amado, , pero a veces la nostalgia se apoderaba de ella y el llanto salía a la luz.

Como cada noche ,Coco,regresaba a su lugar ,esa noche volvia a llover intensamente ,como aquella noche, sus pensamientos y sentimientos volaron una vez más a aquellos s momentos .De repente perdió el equilibrio,se agarró fuertemente a la farola , algo se había enredado en sus afilados tacones.¿, qué era aquello?,un periódico mojado .Se agachó para deshacerse de él, y entonces lo vió ,era él ,Pablo ,decían de él que era un genio,
Le pareció entrever entre la tinta y pintura borrosa por el agua que el retrato era ella ,¡ella misma ¡,con aquella sonrisa ,que ella le regaló aquel dia en que fue tan feliz, y lo era de nuevo.

Gema Doménech
1r Batxillerat