dilluns, 6 de juny del 2011

LUCHA CADA DÍa

Kira Pla Pascual
1º BAT C


PLANTEAMIENTO
La historia que voy a contar empieza un 11 de Septiembre de 2009. Anne Meyer, nuestra protagonista, es una chica de 16 años, mide 1'65 cm y es de constitución normal. Es castaña con ojos marrones, nariz pequeña, de labios gordos y dientes perfectos. Esta desarrollada lo justo y necesario y su piel es bronceada todo el año. Psicológicamente es una chica luchadora, fuerte, con carácter, optimista, transparente sincera y muy rencorosa. Es campeona de Europa de patinaje artístico sobre ruedas cinco veces y se prepara muy duramente para el campeonato mundial del próximo año en el cual tiene muchas posibilidades de poder ganar. Su entrenador, Carlos Simó, es uno de los mejores entrenadores del mundo y ha sido campeón del mundo tres veces, así que con su experiencia y las ganas de su alumna ambos pueden llegar muy lejos.
Nuestra chica entrena muy duro todos los días. Cinco horas cada tarde de lunes a viernes y el fin de semana por la mañana y por la tarde cinco horas cada vez. Ella no tiene vacaciones ni descansos,  entrena los 365 días al año, haga calor o nieve, sea lectivo, navidad ... En este tipo de competiciones o entrenas muy duro y mejoras en cada actuación o te quedas atrás y a los dos días nadie se acuerda de ti.
Por otro lado, nuestra protagonista tiene una enemiga íntima, se llama Alicia Ruiz y es la segundona siempre y odia a morir a Anne. Son de la misma ciudad pero de diferentes clubes y entrenadores. El entrenador de Anne además de patinaje le enseña los valores de la vida y del mundo de la competición, a saber ganar o perder y sobretodo a no hacer trampas. El entrenador de Alicia es todo lo contrario, para él lo importante es ganar sea como sea. Y para demostrar esto último que he dicho os voy a contar lo ocurrido el día 1 de octubre.
NUDO
Como siempre Anne entraba por la puerta de la pista a las 8 en punto para comenzar su entrenamiento matutino y Carlos ya la esperaba dentro de la pista. Al principio es todo normal, calienta y practica todos sus saltos hasta las diez y media que es la hora del descanso y del almuerzo. Extrañamente, cuando Anne sale de la pista y va al vestuario se encuentra allí a Alicia. Anne piensa que seguramente se haya adelantado su hora de entrenar, la saluda como si nada y se quita los patines para descansar los pies. Luego se va a almorzar y se deja a su “compañera” en el vestuario. Alicia aprovecha el momento para aflojarle las ruedas a Anne y para torcerle la planta del patín que une las ruedas delanteras con las traseras para provocar que alguna rueda se caiga, se tuerza el pie y la caída le provoque alguna lesión. A los 5 minutos llega Anne tan confiada y se pone los patines, ella no nota nada y como de costumbre si el descanso es hasta las 11 ella a las 10:45 ya entra en pista. Vuelve a  calentar un poco para ponerse en seguida con las piruetas, empieza con la simples para luego hacer bajas y altas. Una de las piruetas nuevas que esta practicando es la travesada con dos ruedas solo, no le sale bien del todo pero lo conseguirá en seguida. La hace una vez y nota que el patín no gira correctamente pero ella ilusa que se cree que es fallo de ella, la vuelve a repetir y se resbala y tiene una pequeña caída en la que no se hace nada pero, como dice el refrán: a la tercera va la vencida, la vuelva hacer y esta vez con más ganas que nunca, con mucha velocidad entra en la recta para hacer los travelings que con suerte le salen geniales, hace la entrada de la pirueta, levanta el pie con una fuerza increíble pero para nada se ve forzada, empieza a girar, se pone boca arriba, levanta las ruedas de delante y en el momento que da la primera vuelta el patín se parte en dos haciendo que nuestra protagonista se de un gran trompazo contra el suelo. Carlos se asusta porque la caída ha sido muy fuerte y tiene miedo de que su chica se lesione, él al ver que Anne no se levanta, ni siquiera se queja, se acerca corriendo muy asustado, se tumba ante ella e intenta reanimarla, Anne está inconsciente y su entrenador tiene que llamar al hospital para que vengan a por ella. Durante todo este tiempo Anne no levanta cabeza, su entrenador está verdaderamente preocupado y Alicia desde una parte de la pista donde no se le ve mira toda la situación contenta de que su plan ha salido como tenía planeado, quizá un poco más dañada pero bien, piensa ella.
Una vez ya en el hospital, esperando a que les digan algo están los padres de Anne y Carlos desesperados porque llevan más de tres horas esperando a que les digan algo y allí no sale nadie. Después de unas horas más, sale el médico que está con Anne y les comenta que la situación es grave pero no saben hasta qué punto hasta que no se despierte. También tiene un esguince en el pie y las dos muñecas abiertas, pero que eso es lo de menos. Todos pasan la noche en la sala de espera para los familiares deseando que Anne despierte para ver hasta donde llega el golpe que se dio en la cabeza al caer. Simplemente esperan que no pierda la memoria ni pierda sus facultades intelectuales, que solo sea el golpe y que en unos días puedan marcharse a casa, hacer reposo y en unas semanas que vuelva a entrenar. A la mañana siguiente el médico les dice que Anne ha despertado pero que aun no saben nada. Esto pone más nerviosos a los padres porque si no fuera nada grave ya deberían de haberse dado cuenta que su hija está en perfectas condiciones pero si no es así quiere decir que algo extraño está ocurriendo. Hacia el mediodía el médico sale y les dice que pase a su despacho, mala señal piensan todos, se sientan y el médico les empieza a explicar la situación, Anne ha perdido la memoria respecto a todo lo relacionado con el arte, las manualidades, el moverse, el patinaje... es decir, que intelectualmente está igual, sabe como se llama, sabe quien es cada persona y todo normal pero no es capaz ni de andar normal porque no se acuerda de cómo hacerlo. Lo peor ya estaba dicho, luego les dice que eso lo irá recuperando poco a poco conforme lo vaya practicando, será como un niño cuando aprende a dibujar o a patinar y para ello va a necesitar mucha ayuda y sobretodo de ellos que son los que más le pueden aportar. También irá a una especie de rehabilitación dos veces a  la semana, por lo otro está todo bien. Los padres están completamente destrozados, no saben ni que decir y Carlos sabe que está hundido pero lo que más le duele es que la caída de su mejor alumna no fue normal y dentro de sí mismo se dijo que lo iba a averiguar y que si sus sospechas eran ciertas la persona que todos sabemos lo iba a pagar muy caro. A los dos días después de un montón de pruebas a Anne le dan el alta y a mediodía sale des hospital, en silla de ruedas y acompañada por sus padres y su entrenador. En estos días sus padres le han preparado una habitación provisional en la planta baja de la casa para que no se vea incapacitada con la silla de ruedas y han hecho el espacio suficiente para que pueda pasar sin ninguna dificultad. Al llegar a casa, su entrenador se despide de ella, la anima y le dice que cuando quiera algo que le llame sin ningún reparo y ella se queda con sus padres. Su madre está haciendo la comida mientras ella con su padre ven la televisión. Conforme van pasando los días sus padres le ayudan a caminar poquito a poco siempre con mucho cuidado de que no caiga ni se haga daño. En tres día ya camina como si nada hubiera pasado porque cuando se le ponen ganas a las cosas, salen mucho mejor y antes de lo previsto. El primer día que fue a rehabilitación ya sabía andar y el médico le dijo que no hacía falta que volviera. Ahora venía el aprendizaje de subir y bajar escaleras, esto fue mucho más difícil y alguna pequeña caída hubo pero nada grave porque sus padres no la dejaban sola para nada. En unas semanas aprendió y ya pudo a volver a tener su cuarto de siempre y esa sensación de entrar y ver todos sus recuerdos, de todo lo que huía porque nunca más volvería a llegar ahí, la hizo caer de rodillas y ponerse a llorar como nunca en la vida había hecho, incluso sus padres pensaron que era la primera vez que lloraba, ella siempre había sido fuerte y luchaba por todo con una fuerza y unas ganas increíbles y si algo le costaba más luchaba por eso, pero esta vez era diferente. Si le había costado casi un mes en aprender a caminar y subir y bajar escaleras no quería imaginarse lo que le costaría volver a patinar como antes. Sus padres en seguida la recogieron, la acostaron en la cama y mientras su padre le preparaba un rico vaso de leche calentito, su madre la consolaba y acabó durmiéndose entre los brazos de sus padres, rendida de tanto llorar. Durante unos días nuestra protagonista se rindió y no quiso aprender nada más ya que intentaba ayudar a su madre a hacer la comida y tampoco sabía y mucho menos pelar patatas ni cortarlas así que se pasaba el día sentada en el sofá viendo la televisión. Mientras Alicia entrenaba mucho más de lo normal ya que nadie le quitaba horas de pista y sabía que tenía muchas posibilidades de ganar el campeonato del mundo. Era ya navidad y Anne se reunió con toda la familia y amigos y sin querer solo hacían que consolarla y recordarle lo que más odiaba, así que después de cenar en seguida se fue a su habitación con al excusa de que estaba muy cansada y se iba a dormir. Una vez ya en su habitación, lejos de “lo llevas muy bien”, “nadie diría a simple vista lo que te ha pasado”, “ tú puedes con todo lo que venga”, etc nuestra chica se sienta en su escritorio y se pone a mirar su diario, hace tanto tiempo que no escribe en él que piensa que ese es justo el momento exacto para volver a hacerlo. Escribió todo lo que le había pasado durante este tiempo, lo que pensaba y sentía y fue ahí cuando se dio cuenta de que Alicia no fue a entrenar ese día y se puso como una loca a buscar sus patines pero no los encontró. A la mañana siguiente le preguntó a sus padres pero ellos no sabían nada y le dijeron que le preguntase a Carlos. Ella supuso que su entrenador estaría en el polideportivo entrenando a las niñas pequeñitas pero lo que se encontró en pista fue a su “amiga” entrenando haciendo los saltos y piruetas que a ella le salían como si nada y se puso a llorar pero justo en ese momento llegó su entrenador y la abrazó y empezó a consolarla. Su entrenador la quería como a una hija y su accidente le dolió tanto que durante este tiempo no había dado clase a nadie, no se sentía capaz de hacerlo. Se fueron a tomar un café y ella le contó lo de Alicia aquel día y él le dijo que él también sospechaba de algo ya que la caída fue un poco extraña y que había ido al hospital a recoger sus patines pero le dijeron que solo a su dueña podían dárselos y como no quiso molestarla no le dijo nada. Al terminarse el café, Carlos la llevó al hospital a que recogiera los patines y se los dieron en seguida, fueron a casa de Anne y con sus padres comprobaron lo que sospechaban y efectivamente los casquetes estaban torcidos y todas las ruedas aflojadas y a uno de los patines le faltaba una de las ruedas que fue la que se soltó y provocó el accidente. Sus padres querían denunciarla y su entrenado les dijo que lo que ellos quisieran pero que si lo hacían podrían ganar seguro. Mientras decían que si sí o no nuestra chica no dijo nada y cuando su madre fue a coger el teléfono ella le dijo que parase, que iba a hacerle algo mejor y que le iba a molestar mucho más: quería volver a  aprender a patinar y hacerlo mucho mejor que antes, presentarse al campeonato mundial y ganarle. Sus padres se preocuparon (muchos) y no sabían si su hija iba a poder ser capaz de lograrlo pero su entrenador le sonrió y le dijo: - esa es la Anne que quería que volviera. Al día siguiente fue a comprarse unos patines nuevos y a las nueve y cuarto ya estaba en el vestuario poniéndoselos. En el momento que se puso en pie le costó muchísimo mantener el equilibrio y en el momento que fue a dar un paso se dio tal trompazo que su entrenador se asustó pero ella en seguida se apoyó en la banqueta de sentarse para ponerse en pie otra vez y arrastrando los patines como hace una niña de cinco años la primera vez que se pone unos patines entró en pista. Alicia se quedó alucinada al verla entrar pero al ver lo mal que lo hacía no se asustó. Anne se acercó a ella como pudo y le dijo cuál era su nuevo objetivo pero Alicia se rió en su cara creyendo que no era capaz. Y en verdad quien la viera patinar y oyera cual era su objetivo también se hubiera reído, quedaban tan solo 4 meses y patinaba como si nunca se hubiera puesto unos patines. Tardó un mes para aprender a patinar levantando los pies, pero al menos ya lo hacía y lo hacía cruzando y todo, hacia delante y hacia atrás y con mucha velocidad pero su entrenador sabía que necesitaba un milagro para cumplir ese objetivo porque si había tardado todo un mes para saber patinar bien no se quería imaginar lo que le iba a costar hacer saltos, piruetas y combinados. Pero ella no perdía la esperanza en ningún momento, sentía que iba a ser capaz de hacerlo y en el fondo sabía que iba a ser capaz de hacerlo o al menos eso se repetía todo el día y toda la noche, solo pensaba en eso, le daba igual no saber pintar ni cocinar, ella solo quería patinar. Incluso las noches que no podía dormir se vestía, cogía sus patines y se iba ella sola a practicar y cuando llegaba su entrenador ella ya hacia horas que estaba entrenando. Sus padres no sabían de donde sacaba esa fuerza, ni cómo aguantaba tanto porque se le olvidaba comer o ir al aseo cuando estaba entrenando y no caía desmayada ni nada, era como algo dentro de ella que le empujaba y le daba la fuerza y el optimismo suficiente para hacerlo. En el mes siguiente supo hacer todos los saltos y piruetas pero simples y aunque era un gran logro y le costó muchísimo ella no terminaba de estar satisfecha porque ella sabía que con eso quedaba última, ella necesitaba hacer triples y piruetas de escándalo. Alicia iba viendo las mejoras de su enemiga y aunque creía que no llegaría a su nivel le daba mucha rabia que fuera capaz de superarse tanto. En los dos meses que quedaban la situación no cambió mucho, ella siguió entrenando día y noche, siguió mejorando, su entrenador estaba a su lado todo el rato corrigiéndola pero sobretodo cuidándola y sus padres se preocupaban por su salud o por si se volvía a caer pero en todo este tiempo no había tenido ninguna caída fuerte, se había caído mil veces o más pero ninguna como la de aquel desastroso día. Una semana antes del campeonato fue con su entrenador y su madre a elegir una malla acorde con su coreografía, querían que fuera algo espectacular como lo que ella iba a hacer. Estuvieron todo un día haciendo diseños, cambiando de colores de brillos hasta que al final consiguieron la perfecta, era rosa de tela aterciopelada, la falda terminaba en pico por delante y por detrás, tenía toda la espalda al aire desde el cuello hasta arriba del trasero, se ataba al cuello y por delante hacía un cruce simple pero que dejaba ver algo de escote, las medias eran de su color de piel pero tenían al lado un adorno como de rama que se va cruzando con otras y con muchísimo brillo. El maquillaje iba a ser simple con un poco de sombra rosa pero iba a llevar también mucho brillo en la cara y en el pelo, el cual lo llevaría recogido en un topo con un coletero del color de la malla.
Durante esa semana Anne tuvo que estar tomándose un litro de tila cada día porque estaba más nerviosa que nunca incluso su entrenador se lo decía: - nunca te he visto tan nerviosa como ahora y ella contestarle: - és que esto para mí ha sido como volver a nacer y es mi primer campeonato y encima mundial, como para no estarlo. Alicia se retorcía a todo momento porque Anne había conseguido el nivel que tenía pero también hay que admitir que mientras Anne aprendía lo ya aprendido, Alicia se mejoraba y eso era un punto a favor de ella. Ni su entrenador ni sus padres tenían seguro que fueran a ganar pero lo que tenían claro era que Anne había conseguido algo increíble y solo por eso ya estaban orgullosos de ella y para ellos ya era una ganadora. El día anterior al campeonato Anne junto con sus padres y su entrenador cogieron un avión rumbo a Italia que es donde se celebra el mundial, no es ninguna ciudad importante como Roma, Florencia o Venecia. Es en un pueblecito pequeño pero que la pista es una de las más grandes de toda Europa, hay más pista que pueblo en ese lugar. Pero es un lugar precioso en el que da gusto estar, tiene un aire fresco y sin contaminación, a un lado montaña y al otro mar. No tiene muchos habitantes , y los que hay son muy simpáticos, y eso es lo que más tranquilidad da. Sus arboles igual son los más altos que hayas podido ver, que hay unas inmensas explanadas de amapolas rojas preciosas. Las casitas son estilo película, unifamiliares casi todo, no muy grandes con unos jardines llenos de verde. Las tiendas no son tampoco muy grandes y por supuesto no tiene centro comercial, es un lugar lejos del ruido, de los atascos, de los edificios altos donde puedes ir a relajarte o a patinar. Cuando nuestra protagonista y sus padres llegaron se dirigieron directamente al hotel para cenar y descansar ya que el siguiente día iba a ser un día muy intenso en que nadie sabía qué iba a pasar. Anne esa noche no durmió casi nada, estaba nerviosa a pesar de los litros y litros de tila que se había tomado. Por la mañana fue la primera en llegar a desayunar, al rato llegó su entrenador y poco después sus padres. Ella se hizo un desayuno de deportista y muy sano, con sus tostadas, su zumo de naranja y su vaso de leche con cereales. No había visto a Alicia aún y eso por una parte le daba tranquilidad pero por la otra le parecía muy extraño. El resto de la mañana y el mediodía se fueron de turista a ver el pueblo, comieron por ahí pronto porque a las 3 de la tarde nuestra chica debía de estar en el pabellón en su vestuario. Y ella más puntual que nadie a las tres menos cuarto estuvo allí. En la puerta de entrada del pabellón había un gran cartel anunciando el campeonato, estaba todo lleno de gente joven que te guía y te ayuda, te dan las acreditaciones para poder entrar a todas partes del pabellón como patinadora y a Carlos como entrenador, ahí se tuvo que separar de sus padres porque ellos solo tenían entrada para ver la competición y hasta las cinco no se abrían las puertas para los espectadores. Le desearon toda la suerte del mundo y le dijeron que se tranquilizara, que lo iba a hacer genial porque ella valía mucho más que todas las demás que había allí y no se lo decían porque eran sus padres y los padres siempre nos dicen a los hijos que somos los mejores sino porque había conseguido en cuatro meses lo que todos los demás llevaban intentando toda la vida o al menos desde que empezaron a patinar pero seguro que haría mucho más tiempo que ella. Después de este momento tan emotivo ella y Carlos se dirigen hacia el vestuarios guiados por una chica. Al llegar a la puerta la chica les dice que lo comparten con tres patinadoras más y les da llave y se despide muy simpática deseándole suerte. Sus peores pesadillas se hicieron realidad, le tocaba compartir el vestuario con Alicia y dos chicas más de España con las que había competido alguna vez. Cuando entró las tres chicas ya estaban dentro con sus entrenadores. Ella entró muy lenta con miedo y sin saber qué hacer, una de las chicas, la de Vigo, se levantó a saludarla y le enseñó el sitio que le habían guardado, era el más grande, ella se sorprendió por la simpatía y por tener ese sitio estando Alicia ya dentro. La chica de Vigo que se llamaba Sira le dijo que le parecía algo sorprendente lo que iba a hacer y que la admiraba más que a su propio entrenador, claramente esto lo dijo más bajito para que su entrenador no la oyera. La otra chica era de Barcelona y también le deseo suerte, no fue tan simpática como Sira pero porque ella siempre había estado también detrás de ella y aunque la admiraba no se lo iba a decir. Alicia directamente ni la saludó, se quedó mirando sus patines y revisándolos. Mientras tanto los entrenadores estaban hablando que por casualidad los cuatro eran chicos, comentaron que sus niñas habían mejorado mucho pero sobre todo le dieron la enhorabuena a Carlos, por lo visto en el mundo del patinaje se había enterado todo el mundo. El campeonato empezaba a las 6 y Anne no sabía que hacer tres horas allí encerrada por lo que empezó a calentar ella sola por el vestuario. A las 4:30 empezó a maquillarse, cuando terminó empezó a vestirse y su entrenador le echó la purpurina, brillaba más que una estrella y mientras Sira y la chica catalana la miraban con admiración Alicia la miraba con más odio que nunca porque iba mucho más guapa que ella, brillaba como una estrella que es lo que era y sabía que tenía el mismo nivel que ella o más, estaba que los celos se la comían por dentro. A las 17:30 Anne ya estaba arreglada y muerta de nervios sin saber qué hacer para calmarlos y encima ella salía la penúltima, es decir, que hasta las 19:30 como mínimo no saldría ella así que su entrenador decidió contarle una historia que decía: - Esto eran dos mineros que estaban trabajando y de repente la mina se vino abajo y se quedaron atrapados. Los dos sabían que solo les quedaba oxígeno para una hora y uno de ellos era muy nervioso y estaba todo el rato preguntándole a su compañero ¿qué hora es? El otro que tenía reloj las dos primeras veces se lo dijo pero como vio que se alteraba más y respiraba más rápido, lo que hacía era consumir el oxígeno antes, le dijo de hacer una cosa, para no ponerse nervioso él cuando les quedaran solo 5 minutos él le avisaría mientras debían de estar en silencio para no consumir el oxígeno antes de hora, el compañero aceptó. Éste cada rato miraba le reloj y aunque no decía nada se ponía nervioso de ver que cada vez le quedaba menos tiempo en cambio el otro como confiaba en que su compañero le avisaría, se tranquilizó y mientras el otro no dijera nada él estaba tranquilo. Cuando quedaron 5 minutos y el que tenía el reloj lo vio se puso tan nervioso que no pudo decírselo al compañero y le dio un infarto, en cambio el otro que no sabía que quedaban 5 minutos y no se dio cuenta de la situación porque estaba a oscuras aguantó tranquilo hasta 10 minutos más una vez pasada la hora que fue cuando llegaron a salvarlos. La moraleja de la historia podría decirse que es que el que espera las cosas con tranquilidad le salen mejor que al que se pone nervioso. Al finalizar la historia Anne se tranquilizó porque sabía que tenía razón ya que los nervios alguna vez ya le habían hecho alguna mala pasada. Sin darse cuenta llegó casi la hora de salir y tuvo que ponerse los patines rápidos para salir y ponerse en el túnel a esperar su turno. Desde donde ella estaba no se veía casi nada, solo una parte pequeña del pabellón y estaba llenísima. Y también oía muchos aplausos y muchos gritos de ánimos cada vez que entraba o salía una patinadora. Entonces sale la chica que va delante de ella, todo el mundo aplaude y grita y ella avanza hasta el borde del túnel desde ahí sí que puede ver casi todo el pabellón y empiezan a temblarle las piernas pero Carlos que en seguida se da cuenta la coge por el hombro y la tranquiliza. Los cinco minutos de coreografía de la chica que acaba de salir se le pasan volando, oye el murmuro de la puntuación y los aplausos y la chica sale por su lado derecho, de repente oye como anuncian su nombre y sin mirar a nadie ni a ningún lado sale más recta que nunca y se sitúa en su posición inicial, no mira al público ni siquiera a los jueces pero eso sí lleva la cabeza bien alta, empieza la música y como si nada su cuerpo empieza a moverse, no lo controla ni siquiera lo piensa, le sale solo, le sale del corazón, le sale toda la coreografía perfecta hasta los más mínimos detalles, es increíble, todo el mundo alucina y sobretodo los que saben lo de su accidente hasta Carlos está anonadado, sus padres lloran de la emoción pero no lo suficiente para que no se les emborre el gran momento de su hija, está y es espectacular. Termina la canción y la coreografía con un final más espectacular aún y por unos segundos se queda todo el pabellón en silencio y ella respira hondo y de repente lo inimaginable, todo el mundo en pie, aplaudiendo y gritando como nunca se había visto, ella saluda y la gente más le aplaude. Los jueces no lo dudan ni un momento y antes de que le juez árbitro pite para anunciar la puntuación los jueces ya han levantado los cartelitos con los 10 en alto, lo nunca visto, cinco dieces juntos para una misma persona. Ella sale sonriendo de la pista y su entrenador la abraza más fuerte que nunca y le dice que lo ha hecho genial y la contestación de ella es: - seguro que no ha sido para tanto. En ese momento anuncian que salga a la última patinadora que es Alicia, el público aplaude como a todas pero no como a Anne. Alicia ya no tiene nada que hacer y aunque lo hace muy bien se queda con nueves coma algo. Al finalizar salen todas las chicas en fila india cuando dicen su país y su comunidad autónoma y seguidamente empiezan a decir como han quedado las chicas desde la última hasta la primera. En tercer lugar queda Alicia que está más enfadada que nunca, no se ha salido con la suya y no contaba con el adelanto de la catalana, el segundo lugar como ya he dicho es para la catalana y ganadora del mundo: nuestra protagonista,  ¡Anne Meyer ! No se lo podía creer, no dejaba de sonreír y de saludar al público que no hacía más que aplaudirle y gritarle. Desde lo alto del pódium vio a sus padres emocionadísimos llorando de alegría y de emoción por ver a su hija hecha una campeona del mundo en cuatro meses. Luego megafonía despide el campeonato y lo cierran hasta el año siguiente, Anne baja del pódium y se acerca a Alicia diciéndole: - Vale la pena ganar superándose y luchar por lo que quieres que no haciendo trampas porque podrías haberme matado. A lo que Alicia le respondió: - Yo en ningún momento pretendía hacerte tal daño y me arrepiento mucho. Te mereces haber ganado y yo haber quedado tercera. - Y da gracias que no he querido decir nada porque si nos directamente no estarías aquí. Y dejando a Alicia con su remordimiento Anne se va a saludar a sus padres.
DESENLACE
A lo largo de los años, Anne termina remplazando a su profesor, el cual decide después de tantas victorias jubilarse y ver mundo. Anne a estas alturas ha ganado cinco campeonatos del mundo y nueve europeos y es una de las mejores profesoras que puedan haber. Alicia desde aquel entonces aprendió los verdaderos valores de la vida y aprendió tanto de su compañera Anne que ahora enseña a sus niñas todo lo contrario a lo que le enseñaron a ella.
En fin, con esta historia lo que pretendo decir es que hay que luchar por nuestros sueños y no rendirse nunca y por muy difíciles que parezcan no rendirnos nunca porque con ganas y constancia se puede lograr cualquier cosa, eso sí, sin trampas y mucho menos con las que puedan hacer daño a los demás sea psicológico o físico. Y pase lo que pase las personas que verdaderamente nos quieren van a estar ahí siempre, para lo bueno, lo malo y lo peor. Y quien diga que la frase “ lo importante es participar “ es de perdedores es porque no conocía a Anne Meyer, porque ella siempre pensó y dijo esta frase y para nada es ninguna perdedora simplemente hay que saber ganar o perder.