Qué FELICES seríamos si no existiesen las
preocupaciones ni los miedos…
Pero, ¿qué entendemos por SER FELIZ? ¿Esto supone
tener una vida perfecta?
La felicidad es algo que todo ser humano busca, sin
embargo, yo soy de las que piensa que la felicidad no se encuentra sino que se
hace. La felicidad está en disfrutar de cada momento, de vivir el presente, el
pasado es irremediable y el futuro ya vendrá. La felicidad no está en tratar de
tener un trabajo perfecto, estar con una mujer o un hombre ideal, tener unos
hijos de sobresaliente… ni siquiera necesariamente ha de estar en el
matrimonio. El concepto “felicidad” está muy deformado en la actualidad, estar casado
no quiere decir ser feliz, ni estar soltero
significa ser desgraciado. Son
tópicos que hay que romper.
No obstante, hacer lo que a cada uno le llene, le
motive, le haga sacar lo mejor de sí supone (en su mayoría) ser una persona
feliz. Según personas, esta sensación la encuentran en una pareja que será su
compañero/a de vida, en un deporte, en una mascota, en amigos… incluso puede
que esté en combinar un poco de todo. Ser feliz depende en gran parte de UNO
MISMO, así que ¿a qué esperas? Tómate la vida con humor y sé feliz, lo
importante es cómo nos tomemos las cosas no las “desgracias” que decimos que
nos pasan. Tendemos a decir: “Es que siempre me pasa todo a mí”. Nos creemos el
ombligo del mundo y no vemos más allá de nosotros mismos, no vemos la suerte
que tenemos simplemente por estar rodeados de gente que nos quiere, nuestra
familia, solo tenemos boca para decir lo “mal” que estamos.
Las personas tendemos a ponernos obstáculos para ser
felices, siempre nos falta algo y cuando conseguimos aquello que creíamos que nos
faltaba, tranquilo, encontraremos otras 1000 cosas por las que suspirar y
lamentarnos, motivos por los que encapricharnos, desde luego, ese no es el
camino para ser feliz.
En resumen, las personas con esa filosofía de vida,
se habrán pasado toda la vida tratando de ser felices sin darse cuenta que es
más sencillo que todo eso, sólo tenían que disfrutar cada momento. Así que
estás a tiempo, deja ese camino, bájate del carro y súbete a otro, que estás en
el equivocado.
Hace poco, vino al instituto un psicólogo de la
universidad CEU de Elche, nos dio una lección de vida a todos los alumnos y
profesores de segundo de bachillerato, nos dejó atónitos, cuánta razón tenía en
todo lo que nos dijo y qué buen sabor de boca nos dejó. Hay un par de cosas que
me impactaron especialmente y que todos nosotros deberíamos de tener en cuenta en
nuestro día a día.
Hay una serie de preguntas que todos en algún
momento de nuestra vida nos hacemos, ya sea ahora mismo, dentro de 5, de 10 o de
30 años, o en la crisis de los 40, ¡vete
tú a saber!
Son preguntas que parecen no tener más importancia
ni transcendencia, pero al leer cada una de ellas párate a pensarla y
contéstatela para ti mismo. Probablemente se traten de las preguntas más
complicadas de responder que nos hayan hecho en toda nuestra vida, las más
profundas.
Allá van:
1.¿Quién creo que soy?
2.¿Soy feliz?
3.¿Qué me hace feliz?
4.¿A qué tengo miedo?
5.¿En qué soy fuerte, es decir, qué me hace destacar
sobre los demás?
6.¿En qué puedo llegar a ser un verdadero genio?
A mí me costó mucho encontrar respuestas. No te
preocupes si tu tampoco encuentras fácil respuesta, lo importante está en
formulárselas, la respuesta, en este caso, es lo de menos.
Son preguntas trampa que a muchos nos atormentan y
nos bloquean.
Las preguntas que más me hicieron reflexionar fueron
la primera y la sexta.
Sobre la felicidad ya hemos hablado anteriormente,
una definición simple de cómo obtener felicidad y satisfacción es marcarse
objetivos a corto plazo e ir cumpliéndolos.
Aunque no hay que interpretar mal el concepto
“felicidad”, lo que quiero decir es que no podemos considerar “el que una cosa
nos haga feliz” como un criterio
objetivo para hacer o no hacer esa cosa, ya que en ese caso, acabaríamos sin
hacer nada.
En mi caso, ¿soy feliz pasándome todas las tardes
estudiando? Pues, posiblemente sería más feliz si estuviera haciendo otras
cosas, como salir con mis amigas a tomar algo, leer un libro, cocinar, ir el
domingo por la tarde de excursión con mis padres como solía hacer cuando era
más pequeña… Pero, en esta época de mi vida me interesa estudiar para sacar una
buena nota de corte y poder entrar en la carrera que quiero, por tanto, no gano
nada preguntándome si soy feliz haciendo lo que hago, porque lo único que consigo
es calentarme la cabeza sin necesidad. La conclusión que saco es que: más hacer
las obligaciones y menos análisis personales.
Al fin y al cabo, cumplir con tu obligación da
satisfacción y también hay tiempo para tomarse un respiro, hay momento para
todo. Mi padre desde pequeña me ha contado y repetido mil veces este mini
cuento: “Había una vez un peregrino que se pasó todo el camino de Santiago de
Compostela pensando que quería llegar a la meta. Quería llegar el primero de su
grupo, estuvo 7 días para llegar y sólo el séptimo día cuando consiguió llegar
a la catedral fue feliz y gozó del momento. Sin embargo, otro peregrino tardó
dos días más en llegar a la catedral, pero mientras caminaba estuvo disfrutando
del paisaje, del aire fresco, de no tener otra cosa más que hacer que caminar y
al llegar a la meta disfrutó igual o más”. Como todas las fábulas, esta también
tiene su trasfondo, la moraleja que sacamos de esta y que todos deberíamos
aplicarnos es que: “Mientras se llega a la meta, hay que disfrutar del camino
porque al fin y al cabo el camino es muy largo y la meta es un instante.”
Otra pregunta a comentar es la de ¿A qué le tengo
miedo?
Pues bien, todos le tenemos miedo a algo, incluso el
más valiente teme a algo.
No hay que avergonzarse de nuestros miedos, sólo hay
que tratar de superarlos y verlos como algo positivo. “Los miedos están
diseñados para superarlos. Superar un miedo es algo espectacular”, dijo el
psicólogo.
Y TIENE TODA LA RAZÓN. Hay gente que vive condicionada por sus
miedos, se amolda a ellos en vez de superarlos. Un miedo común es el de: “qué
dirán de mí si hago esto o lo otro”, ¡¡¡al carajo lo que puedan decir!!!
A medida que he ido madurando, me he dado cuenta de que
hagas lo que hagas SIEMPRE va haber alguien que te va a criticar, no puedes
contentar a todo el mundo. Si tu estado de ánimo y tu felicidad van a depender
de lo que digan de ti, apaga y vámonos
porque siempre vas a tener algún motivo para desanimarte y atormentarte. Mientras
no hagas las cosas con mala intención y des lo mejor de ti, no tienes de qué
preocuparte, siempre va a haber gente envidiosa que te quiera hacer sentir mal.
Así que ya sabes, a superar tus miedos que la recompensa es grandiosa.
Estudiando
a Descartes para el examen de filosofía de la semana pasada, me di cuenta que
estas cosas ya se las planteaban el propio Descartes en el siglo XVII ¡ni más
ni menos! Descartes ya decía que la felicidad estaba en controlar nuestros
juicios, impulsos, pensamientos y nuestra voluntad. Ya decía que esta era una
de las tareas más difíciles del ser humano y afirmaba que controlar el cómo nos
afectan los problemas externos es más
importante que los propios problemas. Así lo ratifican las siguientes citas del
Discurso del Método cartesiano:
·
"Para
ser felices, mejor modificar nuestros deseos que la ordenación del mundo"
·
«No hay nada que
esté enteramente en nuestro poder más que nuestros pensamientos».
Así pues, en nuestra mano está el cómo nos tomamos
las cosas (y más vale que nos las tomemos
bien, porque de lo otro ya se encarga la vida misma).
Dicho esto, comentar una última cosa que no comentamos
en la charla pero que pienso que es también importante. Ni más ni menos que la
lucha contra uno mismo. Muchas veces nos convertimos en nuestro propio
enemigo, puede sonar raro, pero es así. Todos tenemos una parte sensata y
madura y otra parte alocada e irracional. La dificultad está en cómo compaginar
estas dos facultades. Unas veces gana nuestra cabeza, nuestro juicio y otras
muchas gana nuestro cuerpo, nuestra pereza. Cuántas veces nos hemos hecho
promesas a nosotros mismos y no las hemos cumplido. Cuántas veces nos hemos
propuesto salir a hacer deporte y no lo hemos hecho. Cuántas veces hemos
prometido ponernos a dieta y nos la hemos saltado a los dos días. Cuántas otras
hemos dicho que no saldríamos por la noche porque a la mañana siguiente
teníamos que estudiar y al final “nuestros amigos” (por echar las culpas a alguien que no seamos nosotros mismos- GUIÑO
Whatsapp-) nos han liado.
Sin embargo, no critico esto, no hay por qué
sentirse mal por todas estas veces, ESTO ES LO QUE NOS HACE PERSONAS HUMANAS, somos
seres imperfectos y la imperfección es
algo bello y natural, de lo contrario seríamos máquinas.
Eso sí, luego a ASUMIR las CONSECUENCIAS de nuestros
actos, no todo es como querríamos.
Pero las asumimos y punto, así lo hemos elegido y a lo “hecho pecho” y además orgullosos
de nosotros mismos.
En estas cosas está la felicidad. Fallar y volver a levantarse
es lo más bonito. Muchos pensaréis y ahora esta qué me está contando de que
fallar es bonito, SIIIIIIII lo es!!!!!
Vida sólo hay una y hay que disfrutarla, hay que disfrutar hasta de
nuestros errores, porque ese momento ya no lo vamos a recuperar nunca. Disfruta
del agobio del trabajo, de los exámenes, de las discusiones con tu pareja, con
tus hijos, con tus amigas… porque luego vienen las reconciliaciones y son de lo
mejor que hay!!!!!
Dejo ya de dar el rollo, pero no lo olvides,
VALÓRATE, VALORA TU VIDA Y A TODOS LOS QUE LA HACEN UN POCO MÁS DULCE.
Assaig
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