Una
tarde de verano viendo la televisión sentada en un sillón un gran
sueño me entró. Al cabo
de
unos minutos entre sueños me encontraba yo.
De
pronto una gran luz luminosa me cegó, pero yo no sé porque razón
no podía dejar de
mirarla.
De esa luz salieron unas palabras dirigidas hacia mí que me dijeron:
-Hola
Celia, no te asustes sólo me he acercado a ti para hablar contigo y
pedirte ayuda.
Yo
con lo miedosa que soy, no lo comprendía pero me sentía con una
gran paz interior y le
contesté:
-¿Qué
puedo hacer yo por ti si solo tengo 13 años y soy una chica muy
corriente?
-Te
equivocas, aunque no lo creas todas las personas sois muy poderosas y
podéis conseguir
de
la vida todo lo que os propongáis, pero para eso tenéis que tener
mucha fuerza de voluntad
y
creer en vosotros mismos.
Yo
le contesté:
-Eso
que has dicho es muy bonito, pues dime en qué quieres que yo te
ayude.
-Mira
Celia, el planeta Tierra está enfermo y entre todos debemos
ayudarlo. Debes enseñar a
las
personas a quererse las unas a las otras de corazón, a no ser tan
egoístas, a cuidar y a
respetar
a la naturaleza y a los animales porque este mundo no es solo
vuestro, es de todos
los
que en el habitan. Debéis cuidarla como si de vuestro cuerpo se
tratara. ¿Me vas
entendiendo?
-me preguntó.
Yo
le dije que sí, pero no terminaba de entender cómo yo, una joven
con tan poca experiencia
en
la vida, podía ayudarle a sanar la Tierra. Entonces él al verme la
cara de susto me dijo:
-Celia
tranquila, lo que te estoy pidiendo es muy fácil. Ahora mismo te lo
voy a explicar: el
mensaje
que te estoy dando es para que tú lo hagas a diario dando ejemplo a
todas las
personas
que te rodean; en todas las ocasiones que se te presenten, explica mi
mensaje a la
gente.
¿Cómo lo ves? Fácil ¿Verdad?
-Sí,
ahora lo entiendo, pero aún me queda una pequeña duda.
-Pues
dímela y te la aclararé.
-Me
pregunto si sólo con mi ayuda vamos a poder sanar la Tierra que es
tan grande.
-Mira
Celia, tú eres para mí como un granito de arena de mi montaña.
Aunque te lo voy a
explicar
mejor para que me entiendas. Yo cada día doy este mensaje a miles y
miles de
personas
por todo el mundo para que así todos juntos formemos una gran fuerza
de curación
hacia
el planeta, y así en poco tiempo la Tierra podrá brillar como
brillo yo.
Yo
entonces le contesté:
-Ahora
sí que lo he entendido bien y también me siento más tranquila de
ver que la
responsabilidad
no es solo mía sino que es compartida por otras muchas personas más;
acepto
pues encantada y orgullosa esta misión y pienso llevarla a cabo
todos los días de mi
vida
y te doy las gracias por haberme elegido a mí como uno de los
granitos de arena de tu
montaña.
-Celia,
las gracias te las voy a dar yo por haber aceptado ayudarme, porque
no siempre
consigo
la ayuda de todos. A veces alguien por miedo, por vergüenza o a
saber por qué, no me
quieren
ayudar en esta tarea que es tan sencilla y es un bien tan grande para
la humanidad y
para
la Tierra, así que te doy las gracias de corazón.
Yo
como chica y adolescente que soy no pude aguantar la curiosidad de
preguntarle quién era
él
y textualmente así me respondió:
-No
importa quién soy yo, lo que importa es mi mensaje. Me llaman de
muchas formas distintas
y
no estoy solo aquí en la Tierra, tengo muchos compañeros, pero tú,
tienes que verme
simplemente
como un buen amigo que te ha pedido un gran favor y te ha dado un
buen
mensaje
¿entendido Celia?
Sí
claro, le contesté yo, aunque mi curiosidad aún estaba un poco… y
con una sonrisa en la
boca
me quedé yo y entonces él me dijo:
-Así
me gusta verte a ti y a todas las personas, sonrientes. Celia ahora
te voy a dar un consejo,
ríe,
ríe siempre, se feliz, esa será la mejor medicina para ti y para
los que te rodean.
Yo
le di nuevamente las gracias, ahora era por el consejo que me
terminaba de dar y entonces
me
di cuenta de que él cada vez que yo le daba las gracias brillaba aún
más, yo pienso que era
porque
se sentía feliz. De pronto él me dijo que debía de marchar a
buscar nuevos amigos que
a
él y a mí nos pudieran ayudar.
Yo
le pregunté si algún día lo volvería a ver y él me contestó:
-Como
buenos amigos que somos siempre nos llevaremos el uno con el otro en
el corazón.
Al
instante me desperté y el programa que estaba viendo en televisión
acababa de terminar y
entonces
empezó una película que se titulaba “CITY
OF ANGELS”
de Nicolas Cage y Meg
Ryan
y enseguida sentí la piel de gallina y me hizo pensar si mi nuevo
amigo era un ángel, y
esa
película era una señal para que yo supiera quién era realmente.
Pero
así quedó la cosa, vi la película, me gustó y luego recordé sus
palabras que me dijeron:
no
importa quién soy, lo que importa es mi mensaje y debes verme y
sentirme como un gran
amigo.
Y eso es lo que siento por él, una gran amistad, y como buena amiga
que soy todos los
días
pongo mi esfuerzo en cumplir el favor que me pidió, y por eso
también he aprovechado
esta
ocasión para dar a conocer el mensaje de mi buen amigo a todos los
que podáis leer mi
relato
y pediros que os unáis todos a mí y juntos formemos una gran
montaña de arena para
sanar
la Tierra y poder así disfrutarla todos juntos ahora y por siempre
jamás. ¡¡¡GRACIAS!!!
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